_Poetas de Hoy
"Nosotros no nos realizamos nunca. Somos un abismo que va hacia otro abismo"
martes, 31 de enero de 2023
martes, 19 de julio de 2022
lunes, 28 de febrero de 2022


domingo, 27 de febrero de 2022
Huele a copa a punto de quebrase. La única manera de vencer en una guerra es evitándola
La única manera de vencer
en una guerra es evitándola.
George C. MarshallMe observo, aún soldado, con el arma en las manos. Es un gesto confuso el que expongo. El semblante que muestro parece aceptación resignada. ¡Ay, si me viera el gran Musashi, qué vergüenza encubrir mis hormonas con estrés!
En cambio el gesto corporal, el asir de manos, es de “si hay que luchar se lucha”. Pero para luchar hay que tener motivos, o al menos un motivo tan valioso como la vida propia o la de los tuyos.
Se trata de una imagen trasnochada en el tiempo; esta foto, encontrada revolviendo cajones, se me antoja una noche sin estrellas ni música; no digo triste, digo que no levanta el ánimo, faltan luciérnagas saliendo del corazón y sobran juramentos que te impiden volar sobre “la deseable dignidad de haber muerto” -que diría Borges- por una patria que te impone a ese dios recreado en las armas.
No es que huela a guerra, la guerra es siempre con nosotros mismos, huele a duda, huele a rama quebrada, huele a un caminar por un desierto desahuciado; huele a vidrio, a copa a punto de quebrase, huele a gente con la patria tatuada, huele a patria con gente abandonada.
#нетвойне #Noalaguerra


martes, 11 de enero de 2022
Entiendo que la lluvia siga cayendo indiferente sobre mi cabeza. (Poema para unos días después de mi cumpleaños).
Nací en un mes de enero parecido a este donde el frio bajaba hasta el color de la esperanza, naci puro, supongo, como una almendra fresca que florece en la hierba. Después fui parte del paisaje azul donde el cielo y el mar reafirman sus colores mezclándolos con blancos y suaves calamochas. En aquel tiempo mi espalda soportaba los lunares y mis manos se asían a las tapias para trepar por ellas en busca de cualquier altura.Pronto mi corazón empezó a sentir hambre, fui hurgando por los filos de la nada mientras el tiempo era un torrente que buscaba mis cejas, y mis ojos brillaban mirando al infinito. Pero no supe ver entonces los cimientos del vértigo. Me crecieron cabellos y apetitos en aquella ciudad de huesos retorcidos donde yo hurgaba el corazón del hombre buscando espejos donde afianzar mi destino, pero yacían los pájaros que inclinaban su aliento confiados en el devenir de los días. Me advirtieron, de buena fe, que no me dejara crecer las alas, que los pies deben caminar en línea recta y que el ADN de mi sangre debería apoyarse en acatamiento y mansedumbre.Transitados los años, muchos años, creí entender que podría aliviarme añorando el pasado, pero hoy se que el hombre es carne y olvido. Que con alas de cera no se puede cruzar el fuego y que son los espejos los que deben mirar hacia adentro; por eso me consuelo al pensar que en los últimos años por todo oficio busco sentarme frente al fuego, encender unas velas y beberme la savia y la memoria y otra vez renacerme al mundo. El fuego es un oficio honesto, una forma directa de hacerme preguntas sencillas de difícil respuesta: –estoy orgulloso de mi? –qué he aprendido en estos años? –a quien tendría que pedir perdón? –a quién tendría que perdonar yo?Pero sigo teniendo sed. Y tengo miedo de que el cielo siga enfermo bajando sobre mí y se asfixien las fuentes de luz que pueblan mi cabeza. Ya no se oyen los ecos silbando en la montaña. Ya no se ven los claros de luna allende el horizonte. Ya no descifro más enigmas. Pues algo así como un vendedor de hojas es lo que soy. Tan solo un vendedor con la mirada puesta en las hogueras esperando un incendio antes de urdir la senda que me hará caminar desnudo entre las aguas.Hoy que la música podría ser cantada en todos los idiomas, caigo en la cuenta de que no soy nada, de que nunca fui nada y de que mucho menos podré llegar a ser nada. En el fondo yo soy la NADA.Entiendo que la lluvia siga cayendo indiferente sobre mi cabeza.
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sábado, 8 de enero de 2022
Desnudo otra vez mis ojos, cerrados a la fe. Poema para un día antes de mi cumpleaños. Oración a la Virgen del Mar (Patrona de Almería)
Virgen del Mar. Patrona de Almería |
Desnudo otra vez mis ojos, cerrados a la fe
Poema para un día antes de mi cumpleaños
Oración a la Virgen del Mar (Patrona de Almería)
No es que mis ojos huyan tu mirada
y me persigan vanas tus sendas sin mis huellas.
Se insinúa mi credo como una convicción
que huye hacia la piedra,
como un desesperado salmo anclado en el misterio.
Nunca razón y fe
convocaron la calma del límpido fervor.
Las palabras no son oraciones de sal
en la verdad de los instantes
ni pueden las metáforas trepar las alambradas
para culpar a los océanos
del azafrán impúdico del aire
en la incendiada ofrenda del mar y sus arrojos.
Incierto es que la paz
sea el estado natural del hombre;
sobre el dolor dormido
no hay sístoles ni bálsamos
si el corazón reniega de su origen,
de su esencia y sus votos.
Como la estrella, el ser humano muere
rompiendo el estallido de la sangre,
la carne y el espíritu olvidan sus premisas
tal que heridos planetas en la raíz del sol.
Siendo silencio anónimo
fuimos cavando formas, géneros impasibles
como la masculina ribera de tus playas
o los tercos rompientes de tus costas.
Hoy,
un día antes de mi cumpleaños,
debo salir volando a contemplar inmune
una acuarela ilesa de alborotos.
Hay sermones y cánticos,
ofrendas y renuncias,
votos y mercachifles.
Con multitudinario fervor
una Esmeralda, consagrada en la mar,
extiende su perfil glorioso sobre la arena.
(Y yo tan aturdido sigo que podría creer también en una virgen fea, fea y coja, tartamuda y ciega; una virgen cercana con colonia barata de los bazares chinos; una virgen tan pobre y sin papeles que buscaría esposo para unir su pobreza al aprecio de un hombre que la hiciera feliz, llanamente feliz, con su hipoteca y sus quehaceres, sus macetas y sus retoños, sus risas y sus lágrimas y sus ratos humanos horizontal a un hombre).
Frente a la sal y al viento,
el agua estaba fría, como cada enero,
y yo desnudo, otra vez, mis ojos cerrados a la fe.
Del libro: Alládonde empieza la locura: ¿Acaso temes verte por dentro?
ISBN-13: 979-8712511839
Corría la noche del 21 al 22 de diciembre de 1502 cuando ocurre la aparición de la Virgen del Mar en Torre García, Almería, a los ojos del torrero morisco Andrés de Jaén, quien cubría guardia se sintió bendecido por el prodigioso avistamiento.
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