miércoles, 11 de marzo de 2009

MI MIRADA DESMIENTE LA ÚLTIMA ESQUINA DEL AIRE



La vida retrocede unos centímetros
cada vez que mis ojos hacen alarde de su cortesía
con el mejor saludo guardado en el bolsillo.

La bufanda intenta arropar el calcio de mi invierno,
la miopía del mundo que me reconoce,
esa cicatriz interesante, la galería de mi vientre
abandonado.

Llueve almidón sobre la lírica
mientras mis manos asesinas se conjuran
para el inmolamiento del poema, para la fría
soledad de la excelencia, que confusa, sospecha
de mi amor umbilical y zancadillea
al inhumano dinamismo
de los cadáveres cuando se enfrían, a mis dedos
cuando se emocionan, a la torpeza de los quilómetros
recorridos, a los campos
germinados de palabras, a su incontinencia
ese baño de orines ocre y sangre salada,
a cada uno de los monosílabos que definen mi pupila.

La vida desmiente la voz de mi madre,
el insomnio de mis pechos, mi mirada en la última
esquina del aire, donde se rompe la muerte
como un punto de libro ecológico,
y todo lo que queda, es un pulmón sudoroso.

5 comentarios:

Giovanni-Collazos dijo...

Excelente, poeta!

Siempre es un deleite meterse por los entresijos de tus poemas, maestra.

Un abrazo.

Gio.

Mónica Angelino dijo...

"llueve almidón sobre la lírica"
!que magnífico verso, hermoso poema!

Mónica

Laura Gómez Recas dijo...

La densidad de tu escritura, siempre me atrapa.
Laura

Alonso de Molina dijo...

de manera especial la certeza de este verso Marian

"La vida desmiente la voz de mi madre"

un beso compañera

Leni dijo...

Y entonces es cuando tus palabras germinan para emocionarnos a nosotros.

Dentro de tus palabras hay muchas palabras..


un placer leerte
Leni