La lenta marcha de las horas
delata un fluido incansable
que mana en los relojes
con sienes de plata.
A las veladas tardes de tormenta
suceden gloriosas alboradas
y la vida invita a gozarlas.
Esas noches de insomnio
que se clavan en el silencio oscuro
reflejan la cortina del abismo.
Aunque te ciegue el espectro de la aurora
que el peso de los días no aplaste
la duda, ni tu efímero mañana.
Del libro inédito La voz en la memoria
.
4 comentarios:
Excelente poema. Me ha gustado mucho. Me recuerda a mi forma de expresión, quizás por eso me guste tanto. Es una reflexión sobre las agujas del reloj, que nunca está demás, exquisitamente expresada.
Enhorabuena.
Laura
El tiempo... y sus avatares, y sus huídas.
Lo efímero, lo que tenemos ahora, el futuro imperfecto.
Me ha gustado tu poema de agujas y de presentes.
Saludos!
La inclemencía del tiempo qe escribe a través del reloj que nunca para.
Un puente entre el presente y el futuro.
Un gusto leerte
Un abrazo
Después de leer este hermoso poema siento que estoy en el principio sin fin sumergida entre las aguas del tiempo.
Recibe un cordial saludo desde Alemania.
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